viernes, 30 de septiembre de 2011

Capítulo 1

Bueno... aqui va el primer capítulo... espero que os enganche un poco, porque en este primer capítulo no pasa nada realmente interesante:)

Era el primer día del curso. Una gran variedad de alocados adolescentes miraba las listas de las clases. Algunos, aun con la madurez muy lejos, se perseguían gritando y riendo mientras los profesores les reprendían con impaciencia; otros, más civilizados y de mayor edad, charlaban animadamente sobre las nuevas asignaturas, compañeros y profesores; los más salvajes y con menos cerebro, se reunían en una esquina a soltar tacos insultando a algunos inocentes jóvenes recién llegados y presumiendo sobre sus “hazañas” del verano.

En medio de toda la multitud se encontraba intentando localizar su nombre en las listas una chica bajita que rondaba los dieciséis años, tenía el pelo negro y más bien corto, la piel muy blanca, repleta de unas pecas que la embellecían y unos profundos y grandes ojos oscuros, casi completamente negros. Se llamaba Ashley, pero le gustaba que la llamasen Ash.

Ash llamaba la atención porque al contrario que los demás, parecía triste y de mal humor. Lo estaba. Llevaba asistiendo a aquel céntrico instituto público tres años, después de haber sido expulsada del odiado colegio de monjas al que su madre la enviaba debido a, según palabras de su padrastro, “sus problemas de agresividad y autocontrol”.

En este instituto era más o menos feliz, a pesar de que en su curso no tenía amigos y sus compañeros se burlaban de ella por ser diferente o, en el mejor de los casos, la ignoraban.

En los recreos solía reunirse con sus dos únicos y mejores amigos, Angela, a la que solían llamar Angy, y Jeremy. Ambos estaban en un curso superior, eran muy inteligentes, la trataban muy bien y la entendían, ayudaban y animaban en los abundantes momentos difíciles que sufría.

Angela tenía el pelo largo, muy liso, de un intenso negro alternado con mechas rojas como el fuego, sus ojos eran de un tono verde muy especial, su piel estaba ligeramente bronceada por el sol y sus labios eran gruesos y estaban adornados con un piercing en forma de anilla. Era secretamente envidiada por Ashley, quien admiraba los atrevidos vestidos tipo Lolita que tan bien le sentaban y la indiferencia e ironía con la que trataba a quienes la importunaban con comentarios o miradas desagradables.

Jeremy era rubio. Tenía el pelo largo y despeinado, lo que le daba un aire rebelde. Tenía unos impresionante ojos azules que cautivaban. Llevaba tatuado una frase en algún idioma asiático, tal vez japonés, en el hombro izquierdo y al igual que sus amigas, era otro de los “raros” del instituto, lo que para él no era ningún problema, pues, como siempre decía, prefería ser raro que ser igual que todo el mundo. Además, no necesitaba más amigos, con Angela y Ashley tenía suficiente.

Especialmente con Angela,  y Ashley lo sabía.

Angy y Jeremy llevaban saliendo desde que empezó el segundo curso que Ashley pasó en su nuevo instituto. En principio, no debía suponer ningún problema para nadie, pero Ash no podía evitar estar enamorada de Jeremy. Otra desgracia más en su vida: enamorarse de su mejor amigo, y, por si fuese poco, el novio de su mejor amiga.

En ese momento, rodeada de personas de su edad, se sentía fuera de lugar, y no paraba de recordar porque sus dos amigos no estaban hoy con ella. Era día quince de septiembre, primer día de curso, y tercer aniversario de Angela y Jeremy.

La pareja había decidido saltarse las clases por ser un día tan especial. Ashley no los culpaba, pero se sentía un poco dolida, pensaba que podrían haberla tenido un poco más en consideración, sobre todo su amiga, que conocía sus sentimientos hacía Jeremy.

Ash se enamoró de Jeremy casi la primera vez que lo vio, aquel día, que parecía tan lejano, cuando unos chicos de su clase se estaban metiendo con ella y él llegó y los ahuyentó con cuatro palabras y una mirada amenazadora que realmente imponía.

La salvó, y se convirtió en su salvador. Entonces, Jeremy le presentó a su mejor y única amiga en esa época, Angela, y en seguida hicieron muy buenas migas. Se convirtieron en tres amigos inseparables y muy unidos.

Ash le dijo a Angy que sentía algo más que amistad por Jeremy, y ésta, para su sorpresa, le confesó a su vez que ella también. Las dos hicieron un pacto en el que se comprometían a que, en caso de que surgiese la oportunidad de algo más que amistad entre ellas y el chico, lo rechazarían para mantener la amistad que las había unido desde  aquel primer momento.

Pero una cosa es lo que se promete y se piensa hacer y otra lo que finalmente se hace. A los pocos meses de realizar ese pacto, Jeremy le contó a Ash que estaba empezando a sentir algo más que amistad por Angela, pero que no sabía si declararse. Tras unos días en los que la chica lo pasó peor que de costumbre, cazando las miradas furtivas de sus dos amigos, decidió romper ella misma el pacto, pues sabía que tarde o temprano Angela acabaría arrepintiéndose de haberlo realizado y prefería que su amiga fuese feliz, al fin y al cabo, ellos seguirían siendo amigos. Los tres.
Finalmente, el primer día de aquel segundo curso, ocurrió lo que tenía que ocurrir entre Jeremy y Angela.


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